sábado, febrero 20, 2010

El dinosaurio y el arquitecto

Quiero recordar, a propósito de un comentario de un arquitecto y amigo, el cuento de Monterroso titulado El Dinosaurio, que fuera por algún tiempo el texto mas corto de la literatura universal, hay uno mas corto pero ello es materia de otra nota. El comentario de mi amigo me provoca a escribir desde la perspectiva de la edad profesional del arquitecto.

Muchas veces le he dicho a mis alumnos y alumnas que a los seis años Mozart era un compositor consumado con varias sinfonías, conciertos, sonatas y otras piezas en su haber. Se le daba fácil componer a su corta edad. Les he referido el caso de Picasso quien a la misma edad ya dibujaba magistralmente. Truman Capote y Borges ya eran escritores antes de dejar de ser niños. En contraposición a esto, cuando Zaha Hadid ganó el concurso para el Peak Club de Hong Kong, tenia apenas 33 años, en términos de la profesión de arquitecta era una niña. Para concluir, en el ejercicio de la arquitectura no hay niños prodigio y la experiencia es el caldo donde se maceran las cualidades del ejercicio del oficio de diseñador, constructor y planificador, según sea el campo en que nos toque movernos.

Todo lo anterior lo quisiera conectar con unos comentarios, compartidos a través del correo electrónico, sobre la fijación que muestran los jóvenes que se forman en nuestras facultades de arquitectura y los que recién egresan de estas, con los medios electrónicos de expresión que tanto han ayudado a la profesión pero que de igual manera no son el centro de esta.

Louis Kahn quien conoció el éxito profesional siendo cronológicamente un hombre maduro, pero arquitectónicamente joven, basó su obra en la búsqueda de una condición inherente a la forma en que la arquitectura le hablaba al ser humano desde su historia, sin referencias formales, sin guiños estilísticos, sino desde la herencia de una especie que posee la cualidad de modificar el espacio, no solo para adaptarlo a una función especifica, sino para dotarlo de una dimensión simbólica. Ante tanto deja vu que produce el ver los proyectos en las revistas de actualidad creo, personalmente que quizás Kahn tenga algo que decirnos.

Nada nuevo hay bajo el sol podría parecernos en esta época tan cargada de información y referencias y en la que el tiempo ha alcanzado una condición de compresibilidad nunca antes experimentada. La información es inabarcable y las respuestas se nos exigen de manera rápida. No hay tiempo para la genialidad y mucho menos para una genialidad basada en la experiencia; la experiencia requiere tiempo. Lo que hoy está aquí mañana será materia olvidado, ya las ciudades no nos hablan de la historia en términos de cómo esta ha producido el hecho urbano sino de cómo esta puede ayudarnos a ¨vender¨ la ciudad o a insertarla en las redes globales. Quizás es cierta la afirmación de que estos son malos tiempos para la poesía.

Mientras tanto prevalece el desprecio de los jóvenes, dinámicos, actualizados y que viven sobre el borde del vértigo contra los viejos dinosaurios, lentos, reflexivos y que basan sus decisiones en la experiencia. Se dice que los dinosaurios fracasaron, pero debemos saber que su reinado duró 160 millones de años, mucho mas que el de otras especies por lo que también podríamos decir que su fracaso es relativo. Quizás cuando se despierten de la ilusión de los medios, de la información híper comprimida y del sopor que produce la historia, los dinosaurios todavía estén allí.

martes, febrero 09, 2010

Apuntes prestados y sueltos para hacer algo útil del amor (2)

A mi papá le debo el haberme descubierto a Bob Dylan cuando yo era adolescente y Bob Dylan no me ha abandonado desde entonces. Entre estos apuntes prestados y sueltos les dejo esta canción:

It's All Over Now, Baby Blue

Bob Dylan

You must leave now, take what you need, you think will last.
But whatever you wish to keep, you better grab it fast.
Yonder stands your orphan with his gun,
Crying like a fire in the sun.
Look out the saints are comin' through
And it's all over now, Baby Blue.

The highway is for gamblers, better use your sense.
Take what you have gathered from coincidence.
The empty-handed painter from your streets
Is drawing crazy patterns on your sheets.
This sky, too, is folding under you
And it's all over now, Baby Blue.

All your seasick sailors, they are rowing home.
All your reindeer armies, are all going home.
The lover who just walked out your door
Has taken all his blankets from the floor.
The carpet, too, is moving under you
And it's all over now, Baby Blue.

Leave your stepping stones behind, something calls for you.
Forget the dead you've left, they will not follow you.
The vagabond who's rapping at your door
Is standing in the clothes that you once wore.
Strike another match, go start anew
And it's all over now, Baby Blue.

Copyright ©1965; renewed 1993 Special Rider Music





lunes, febrero 08, 2010

Apuntes prestados y sueltos para hacer algo útil del amor

Para Felipe, por si le sirve de algo

Que fácil era entonces echar mano de cosas prestadas. Que fácil era pedir una escalera para llegar a una ventana. Que fácil era usar una canción o uno de los poemas de Neruda:

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas,
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas,
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos
y tu boca que tiene la sonrisa del agua.

He vivido de préstamos toda mi vida y eso no es malo, simplemente es. ¿Cuántas veces no he echado mano de aquella página de las Memorias de Adriano? Tantas que ya no recuerdo. ¿Cuántas veces entre las nubosidades del vino he recitado poemas de la Música de Cámara de Joyce? La Canción del Pirata de Espronceda me ha acompañado desde los seis años, al igual que las pinturas de Rubens, a Botero lo descubrí después. Me falta genialidad, lo admito, soy un enano subido en los hombros de los gigantes.

Serrat y Sabina han sido mis testigos y si alguna vez me inspiró aquella canción es por que en una noche se encontraba oculta la promesa de un cuerpo y quizás de un alma, cito:

Porque voy a salir esta noche contigo
se quedarán sin beatas las catedrales
y seremos dos gatos al abrigo
de los portales.

Y ciertamente así se me dio y digo todavía, después de tantos años, que aquella fue mi mejor hora…

Podría haber dicho también que el sol nos olvidó ayer sobre la arena o que llueve detrás de los cristales o más aun:

Te podría contar
que esta quemándose mi último leño en el hogar,
que soy muy pobre hoy,
que por una sonrisa doy
todo lo que soy,
porque estoy solo
y tengo miedo.

Tengo miedo…

miércoles, febrero 03, 2010

Escombros


Escombros, pedazos de una vida anterior que, desparramados por obra de la fuerza o el tiempo, quedan como vestigios. Allí una muñeca rota, aquí un carrito. La promesa de un viaje o la espera de una buena noticia; ninguna se cumplirá, ninguna llegará, solo escombros, cenizas. Solo cenizas hallarás decía un bolero que le gustaba a mi padre. Un perro busca entre las ruinas y alguien le arroja una piedra.

Un hombre, cansado, recoge unos pedazos de cosas y los pone en un saco. Examina viejas revistas, hojea libretas de teléfonos, recuerda nombres, lugares, situaciones. En el recuerdo de una fiesta alguien ríe. En su memoria oye la música y compara aquel momento perdido en el tiempo con el cuadro que se abre ante sus ojos. Ese era yo, parece decir meneando la cabeza. Yo una vez tuve cosas, esta casa fue mía y aquí había unos árboles que me daban sombra. Ese era yo y ahora soy otro, uno sólo con mis recuerdos buscando entre los escombros. Luchando por no perderlos, los recuerdos.

El hombre mueve la cabeza como quien niega y mientras se aleja cabizbajo, llora.

Tan lejos como el último de los dinosaurios…


Eones han pasado desde que anduvieron por una tierra que no era esta. Aquel mundo húmedo y caliente se acabó un día y lo único que se tiene son especulaciones. La oscuridad parió el frío y todo terminó en una llanura que hoy sólo muestra sus huesos fosilizados. Se dice que fracasaron al no mantenerse vivos y sin embargo dominaron el mundo por decenas de millones de años. Dicen que las aves son sus descendientes pero eso también es especulación.

Cuando era niño traje de un viaje a New York toda una funda llena de dinosaurios. Pequeños dinosaurios de plástico que aun conservo. Creo que se los daré a Felipe, mi hijo, algún día. Los dinosaurios de un niño que ya no es, vestigio de una infancia que se encuentra tan lejos de mí como el último de ellos. Una infancia que junto con otras cosas conforma mis recuerdos, a los que tengo derecho legitimo.