domingo, abril 30, 2006

Vista de Santo Domingo desde el espacio. Esta imagen, tomada durante una de las misiones del transbordador espacial, puede ser la llave para multiples meditaciones sobre el estado actual de nuestra ciudad. En mucho agradecería los comentarios sobre esta entrada.


Esta es la división de la ciudad heroica de Santo Domingo impuesta por las tropas invasoras invitadas por aquellos que no pudieron habituarse a la democracia y añoraban la disciplina cuartelaria de Trujillo. Escarnio, desprecio y olvido para los traidores que no merecen ser llamados dominicanos.

viernes, abril 28, 2006

Fisiología de la nausea

Quienquiera hacer una exploración del asco y la desesperanza debe asomarse un poco al panorama que presenta nuestra sociedad dominicana actual. La prensa diaria, la radio, la televisión nos ofrecen el variopinto espectáculo de una pléyade de personajes que si quisiéramos hacer literatura, e invito a cualquiera de mis amigos escritores a usar el argumento, podrían ser incluidos en un mundo de grotescos caracteres deformes tanto en cuerpo como en espíritu, poblando una especie de pantano pútrido donde cada quien busca su propio beneficio sin importar si su acción perjudica al otro o a todo un colectivo.

Las quejas las oímos a diario. Se ha perdido la altura del debate, así dicen algunos. Yo en lo personal me entero de que el debate alguna vez tuvo altura en un medio donde hace unos años nadie podía hablar. Hoy en día todos hablan y nadie escucha. Otros hablan de un proyecto de nación. Interesante posición en un país donde la oligarquía, salvo honrosas excepciones, sólo vela por sus propios intereses sin importar si el estado, la nación, y no se que otra categoría abstracta inmensurable en términos de ganancias económicas se va a pique; después de todo los paraísos fiscales adonde van a parar dichas ganancias se encuentran por encima de esas entelequias racionalistas que nos ha legado el pensamiento occidental.

Hay crisis de liderazgo dicen otros, al tiempo que algunos políticos convierten el amarre y el acuerdo de aposento en un fin para su provecho propio, mientras sus seguidores que se asemejan más a los filibusteros que solían asolar el caribe colonial que a posibles colaboradores en un ejercicio sano del poder sólo anhelan el momento de verse premiados con la parte del botín que puedan obtener de las truchimanerias de sus lideres. Otro tanto ocurre con los que detentan primeros lugares en algunas iglesias y que se han convertido en compañeros de viaje de los corruptos, tapadores de escándalos y encubridores de aquellos que han hecho caer a más de un pequeñito.

Uno de los principales partidos de oposición recién celebra elecciones primarias, en muchos casos donde las diferencias no se resolvieron a tiros los más votados fueron los personajes más decadentes. Los áulicos dicen a voz en cuello que ese es un reflejo de nuestra sociedad.

En fin sí con algo se compara la sociedad dominicana de hoy es con un gran absceso que destila pus y miasma infecto, algo que repugna y produce una nausea aguda y una profunda desesperanza. Cambiemos de rumbo por que así cualquier cosa puede pasar.

Marcos A. Blonda es arquitecto

jueves, abril 27, 2006

Paradojas

Estos tiempos parecen signados por lo paradójico. Marc Augé, etnólogo francés ha descrito magistralmente esta condición en un ensayo titulado, Sobremodernidad. Del mundo de hoy al mundo de mañana. Señala el escritor, como a pesar de la condición de aldea global que ostenta el mundo hoy, los particularismos se han exacerbado y han llevado a colectividades completas a reivindicar sus singularidades planteando posiciones antagónicas con respecto al nuevo orden global.

En el orden material las diferencias entre grupos sociales se han agrandado y unos pocos ostentan fortunas como no se han visto jamás desde que la revolución industrial aceleró los procesos de acumulación de excedentes económicos a finales del S. XVIII, mientras que grandes masas de población sobreviven con medio dólar al día. Quizás en ninguna otra parte sean tan patentes estas diferencias como en las ciudades de los países en desarrollo, donde a la sombra de los grandes edificios corporativos, frecuentados por una elite de ejecutivos que muchas veces se traslada sólo en helicópteros, viven grandes conglomerados humanos que subsisten en la premodernidad. En el año 2001 escuché al arquitecto mexicano Abraham, Zabludovsky decir que la diferencia entre el neolítico y la era moderna la constituía un tubo de agua potable y uno de alcantarillado sanitario. La hipérbole tiene sentido si hacemos una aproximación a la condición de los grandes barrios pobres de cualquier ciudad latinoamericana.

Los defensores del nuevo orden han cantado las bondades de la hiperconexión y han hecho de esta un icono de los tiempos actuales creando así uno de los nuevos mitos que habrán de sustituir la antigua sensibilidad por el nuevo sentir global. La información se torna rápida, excesiva, inabarcable y al final se trivializa. En los grandes centros urbanos se verifica una ruptura en el tejido social y los espacios donde prima el espectáculo acelerado de la modernidad se contraponen a los barrios tradicionales donde el ritmo se hace mas lento y las relaciones se dan en una clave primaria. La cotidianidad mantiene en estos espacios la condición que interesó a Henri Lefebvre cuando planteó que es ésta la materia prima de las relaciones sociales en la ciudad.

La cultura popular global, acelerado el flujo de información a través de los mass media, nos ha legado una maldición de improbable origen chino que dice , “que vivas en una época interesante”. Esta, nuestra época, es ciertamente interesante y contradictoria, pero también, como dice Augé, rica en esperanzas. Ojalá estas esperanzas germinen en la forma de un mundo mas justo para todos.

Marcos A. Blonda es arquitecto

La vida imita al arte...

miércoles, abril 26, 2006

El sprawl descapitalizado

Soltar amarras

Bien, hoy comenzamos a navegar. La ciudad es el mar, las calles son las rutas de navegación, las plazas y lugares son los puertos.