martes, agosto 22, 2006



Bitácora secreta

Si fueramos a tratar de mercadearnos o hacer expectativa lo pondriamos en terminos de: Proximamente, espérelo o algo asi. Pero, para nada, quizás y quizás podría ser si y solo si...
para dejar una condicionante suspendida, puesto que todos somos sujetos a a circunstancias, me atreveré a lanzar una propuesta para despejar misterios, la forma? realmente aún no sé. Puede que comencemos por un viaje de exploracion a partir de la pintura de Rubens, Ingres y Botero. Estoy abierto a críticas y sugerencias.

Las ciudades y las palabras

Italo Calvino imaginó ciudades para hacer una disquisición sobre la ciudad. Tal esfuerzo nos legó su libro Ciudades Invisibles, que he mencionado ya en entregas anteriores.

Borges y Sábato nos han mostrado Buenos Aires, el Buenos Aires de los compadritos y malevos de Borges o el escenario de las atormentadas reflexiones de los personajes de Sábato.

Lawrence Durrell nos pasea por Alejandría, mientras sus personajes, profundos y complicados, desfilan delante de ese telón de fondo, una de las ciudades más sorprendentes del mundo antiguo. Quizás la ciudad más cosmopolita de todos los tiempos, bien decía Cavafis, poeta que tuvo una intima relación con su ciudad, que los alejandrinos -que bello gentilicio- se expresaban, ¨en griego y en egipcio y algunos en hebreo¨

Chesterton y Orwell nos han mostrado imágenes diferentes de una misma ciudad, Londres.; Orwell con sus escenarios totalitarios de un futuro no del todo utópico y Chesterton cuyos personajes se mueven en una ciudad con matices fantásticos, pero identificable con la realidad

Pedro Juan Gutiérrez y Guillermo Cabrera infante nos muestran dos momentos de La Habana, el primero nos lleva a la capital cubana durante el difícil periodo especial, cuando los cubanos, emancipados de la tutela soviética emprendían por primera vez un camino solos, mientras el segundo nos muestra esa Habana que fue la ciudad más sorprendente del caribe allá por los años 40 en imágenes que adorna con historias eróticas, referencias musicales o cinematográficas, para legarnos en su obra, La Habana para un Infante Difunto, una especie de mapa de una ciudad perdida en el tiempo.

La semana anterior nos hemos referido a René Del Risco, a sus poemas, muchos de ellos llenos de imágenes de la ciudad y el mar; ciudad que podría ser su natal San Pedro de Macorís o Santo Domingo, mar y ciudad son para el poeta un tema recurrente, así como la ruptura que significó para los habitantes de Santo Domingo la patriada abrileña.

La ciudad y el lenguaje, una vez mas cito a Lewis Munford, son las grandes obras de la humanidad, no en balde ciudad y literatura van de la mano. Las ciudades no solo son estadísticas mostrando densidades por hectárea, patrones de uso de suelo o disponibilidad de servicios públicos, son también poemas, imágenes que, parafraseando a Italo calvino, nos hacen pensar, mirando un paisaje urbano, que un atardecer, en una ciudad como esta, una vez fuimos felices.

Marcos A. Blonda es arquitecto