miércoles, octubre 21, 2015

Acción de Gracias

Quiero agradecerte por las palabras.
Por el dudoso don de poder amarrarlas y con esos nudos acercarme a alguien.

Quiero agradecerte por el  vino que he bebido
y por el que no beberé, por el día de hoy.

Por una canción de Ella Fitzgerald, una sonrisa
y un comentario.

Por una mañana, por una tarde,
por el día primero.

Por sentarte a mi lado en tu casa y hacerme saber
que Tú estás allí.

Por un nombre, Arturo,
que suena como una música en la boca de alguien.

Por la muerte que no me ha tocado y por la que me tocará
cuando quieras que regrese a tu inmensidad, de donde vine,
porque el Cielo y el Infierno no existen.

Por un beso y una advertencia que no escuché.


Por abrir una puerta hacia ese cuerpo
y por ese cuerpo.

Por su perro.

Por Jim Morrison cantando Riders on the Storm.

Por una pregunta acerca del tiempo,
y por el tiempo que fue.

Por el pagano que vive en mí
y que mira esta tierra que hiciste con los ojos de sus ancestros,
que tiembla ante el fuego , el mar y la luna, que creo mía.
Que saluda al sol y lo despide cada tarde.

Por el olor de una hembra
y por la palabra hembra,
la más hermosa de todas.

Por el trueno y la lluvia que nos mojó en una tarde.

Por la materia oscura, las galaxias
y la Gran Explosión con la que iniciaste todo.

Por el borde del universo,
donde estás Tú,
al igual que en su centro.

Por los átomos y las moléculas,
y por el amor,
que es materia del alma y que tiene cosas que son esotéricas,
como me dijo un amigo.

Por el Mediterráneo y el Caribe,
ámbitos los dos de la gente del mar.

Por las islas,
las de aquí y las de allá.

Por las canoas y los barcos,
Instrumentos necesarios para el viaje.

Por el viaje.

Por mis cuatro hijas y mi hijo,                             
que alejan la oscuridad un poco.

Por ellas todas,
las que han sido,
y las que no.