martes, noviembre 04, 2014

Cortometrajes Urbanos 8/Riders on The Storm

-Profesor, ¿usted recuerda aquella película sobre The Doors protagonizada por Val Kilmer?

-Sí, dirigida por Oliver Stone, es de 1991. La fui a ver al cine NACO con José Luis Tolentino, Daniel de los Santos y Jael García entre otros que ahora no recuerdo. Dime, ¿Qué hay con la película?

-No, no es la película, es la música, la música de The Doors. Hace unos años escribí esto durante una tarde-noche de enero, escuche y le leo,

About The Doors…

En días como este, en una tarde como esta, casi noche…

Hoy oigo a The Doors y añoro otros lugares,

La búsqueda de algo e imaginar que fue mía una mujer que encontré mucho después, quizás muy tarde, cuando ya tenía otras obligaciones que me ataban a un sillón, a un rincón confortablemente amueblado en una casa llena de hijos.

Hubiese sido otro tiempo, Light my Fire hubiese sonado diferente y Rider on the Storm me hubiese mojado con su lluvia, Touch Me significaría entonces eso, nada mas…

-Interesante, me gusta, cosa rara porque difícilmente me gustan tus cosas.

-No sea así conmigo Blonda, usted sabe que le aprecio y si vengo aquí a contarle mis cosas es porque sé que a usted le interesa la creación literaria o que va a transformar esto en una de sus historias. Lo cierto es que nunca supe por que escribí ese breve poema. Quizás hubiese un quien en la distancia o en la cercanía. Ya hemos hablado usted y yo de la búsqueda, la búsqueda es la verdadera finalidad de la vida, no es encontrar. Creo que estoy siendo testigo de ello y The Doors me sirve como banda de acompañamiento. Hace unos días sucedió algo hermoso. Le cuento: era de tarde,  estábamos en casa de la Rubia y ella preparaba un joint.

-¿Un joint?

-Sí. Yo estaba en la cama y ella, junto a la ventana fumaba desnuda. Un cuerpo hermoso, igualita a cualquiera  de las Tres Gracias de Rubens. Al aire sus hermosas teticas, pequeñas pero amasaditas, como de niña gorda. De repente me dice, pon algo de música y le digo que tengo a The Doors en el teléfono móvil  y que dada la presencia del Cannabis, nada más apropiado. 

A mi edad no se hacen esas vainas, hacer el amor con The Doors como música de fondo es cosa de muchachos…


Suena Riders on the Storm, pero rápidamente olvido la música porque estoy atento a ella, a amarla a ella, a su calor húmedo, a estar ahí dentro. Antes de terminar la abrazo fuerte y la beso. Siento una ola dentro de mí, una ola en la que me voy entero para luego derrumbarme entre sus brazos. Entonces profesor, sólo entonces puedo volver a oír a The Doors que ahora cantaban LA Woman.