viernes, abril 28, 2006

Fisiología de la nausea

Quienquiera hacer una exploración del asco y la desesperanza debe asomarse un poco al panorama que presenta nuestra sociedad dominicana actual. La prensa diaria, la radio, la televisión nos ofrecen el variopinto espectáculo de una pléyade de personajes que si quisiéramos hacer literatura, e invito a cualquiera de mis amigos escritores a usar el argumento, podrían ser incluidos en un mundo de grotescos caracteres deformes tanto en cuerpo como en espíritu, poblando una especie de pantano pútrido donde cada quien busca su propio beneficio sin importar si su acción perjudica al otro o a todo un colectivo.

Las quejas las oímos a diario. Se ha perdido la altura del debate, así dicen algunos. Yo en lo personal me entero de que el debate alguna vez tuvo altura en un medio donde hace unos años nadie podía hablar. Hoy en día todos hablan y nadie escucha. Otros hablan de un proyecto de nación. Interesante posición en un país donde la oligarquía, salvo honrosas excepciones, sólo vela por sus propios intereses sin importar si el estado, la nación, y no se que otra categoría abstracta inmensurable en términos de ganancias económicas se va a pique; después de todo los paraísos fiscales adonde van a parar dichas ganancias se encuentran por encima de esas entelequias racionalistas que nos ha legado el pensamiento occidental.

Hay crisis de liderazgo dicen otros, al tiempo que algunos políticos convierten el amarre y el acuerdo de aposento en un fin para su provecho propio, mientras sus seguidores que se asemejan más a los filibusteros que solían asolar el caribe colonial que a posibles colaboradores en un ejercicio sano del poder sólo anhelan el momento de verse premiados con la parte del botín que puedan obtener de las truchimanerias de sus lideres. Otro tanto ocurre con los que detentan primeros lugares en algunas iglesias y que se han convertido en compañeros de viaje de los corruptos, tapadores de escándalos y encubridores de aquellos que han hecho caer a más de un pequeñito.

Uno de los principales partidos de oposición recién celebra elecciones primarias, en muchos casos donde las diferencias no se resolvieron a tiros los más votados fueron los personajes más decadentes. Los áulicos dicen a voz en cuello que ese es un reflejo de nuestra sociedad.

En fin sí con algo se compara la sociedad dominicana de hoy es con un gran absceso que destila pus y miasma infecto, algo que repugna y produce una nausea aguda y una profunda desesperanza. Cambiemos de rumbo por que así cualquier cosa puede pasar.

Marcos A. Blonda es arquitecto

1 Comments:

At 12:52 a. m., Blogger Ivan T.B. said...

"Cualquier cosa puede pasar", usted lo ha dicho... y en verdad me aterra solo pensar en lo que pueda pasar.

 

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