Cortometrajes Urbanos 8/Riders on The Storm
-Profesor, ¿usted
recuerda aquella película sobre The Doors protagonizada por Val Kilmer?
-Sí, dirigida por Oliver
Stone, es de 1991. La fui a ver al cine NACO con José Luis Tolentino, Daniel de
los Santos y Jael García entre otros que ahora no recuerdo. Dime, ¿Qué hay con
la película?
-No, no es la película,
es la música, la música de The Doors. Hace unos años escribí esto durante una
tarde-noche de enero, escuche y le leo,
About The Doors…
En días como este, en una tarde como esta, casi noche…
Hoy oigo a The Doors y añoro otros lugares,
La búsqueda de algo e imaginar que fue mía una mujer
que encontré mucho después, quizás muy tarde, cuando ya tenía otras
obligaciones que me ataban a un sillón, a un rincón confortablemente amueblado
en una casa llena de hijos.
Hubiese sido otro tiempo, Light my Fire hubiese sonado
diferente y Rider on the Storm me hubiese mojado con su lluvia, Touch Me
significaría entonces eso, nada mas…
-Interesante, me
gusta, cosa rara porque difícilmente me gustan tus cosas.
-No sea así
conmigo Blonda, usted sabe que le aprecio y si vengo aquí a contarle mis cosas
es porque sé que a usted le interesa la creación literaria o que va a
transformar esto en una de sus historias. Lo cierto es que nunca supe por que escribí
ese breve poema. Quizás hubiese un quien en la distancia o en la cercanía. Ya
hemos hablado usted y yo de la búsqueda, la búsqueda es la verdadera finalidad
de la vida, no es encontrar. Creo que estoy siendo testigo de ello y The Doors
me sirve como banda de acompañamiento. Hace unos días sucedió algo hermoso. Le
cuento: era de tarde, estábamos en casa
de la Rubia y ella preparaba un joint.
-¿Un joint?
-Sí. Yo estaba
en la cama y ella, junto a la ventana fumaba desnuda. Un cuerpo hermoso, igualita
a cualquiera de las Tres Gracias de
Rubens. Al aire sus hermosas teticas, pequeñas pero amasaditas, como de niña
gorda. De repente me dice, pon algo de música y le digo que tengo a The Doors
en el teléfono móvil y que dada la
presencia del Cannabis, nada más apropiado.
A mi edad no se hacen esas vainas, hacer el amor con The Doors como música de fondo es cosa de muchachos…
A mi edad no se hacen esas vainas, hacer el amor con The Doors como música de fondo es cosa de muchachos…
Suena Riders on the Storm, pero rápidamente olvido la música porque estoy atento a
ella, a amarla a ella, a su calor húmedo, a estar ahí dentro. Antes de terminar la abrazo fuerte y la beso. Siento una ola dentro de mí, una
ola en la que me voy entero para luego derrumbarme entre sus brazos. Entonces
profesor, sólo entonces puedo volver a oír a The Doors que ahora cantaban LA
Woman.
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