Cortometrajes Urbanos 4/ Una lata de Leche de las Grandes
Como a las siete y media me meto en la cama
con el niño y juego con él hasta que se duerme. Más tarde llega el papá y me
trae algo de comer, una yaroa, un chimi o un picapollo, tú sabes, a según por
donde ande él esa noche. Yo lo dejo en la mesa y después nos vamos al
sillón de la salita, yo me cuido porque mami me dijo que no se me ocurriera parirle otro hijo a ese
hombre. Después de eso él se va, nunca duerme aquí, ni me interesa que lo haga.
Cada quince días me trae una lata de leche de las grandes y ya, con eso él cree
que cumple y yo lo dejo porque tampoco quiero que crea que mi hijo le debe nada.
Yo lo conocí porque él era
amigo de los mellos, los hijos del herrero que vive al lado de mami, jugaban pelota juntos. A los dos
hermanos los firmaron y justo cuando yo salí embarazada a él lo botaron de la
academia de beisbol. Su mamá no quiere saber de mi porque él le dijo que fue
por la barriga, lo que ella no sabe es que los mellos me dijeron que lo botaron
por unos tenis que le robó a un chamaquito de San Juan de la Maguana que vino a
que lo viera un tipo de esos que bregan con los equipos de grandes ligas.
Hace cuatro días que no
viene por aquí y ayer vinieron unos policías de homicidios preguntando por él. Eso
me preocupa porque la lata de leche casi se está acabando.
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