Cortometrajes Urbanos 3/ To Ink or not to Ink
-Qué lugar tan rata, fue su
primera expresión al llegar al edificio comercial de dos niveles donde se
encontraba el salón de tatuajes que, según nos habían indicado, era el mejor
sitio para hacerse un piercing.
-Sí, es rata, pero, la verdad
que yo no confiaría en un sitio de tatuajes que se encuentre en Blue Mall, le
dije queriendo señalar una conexión entre lo decadente del lugar y la
connotación underground que tienen los tatuajes.
-Mmmmhh, es cierto, dijo ella.
En el primer piso un híbrido entre ¨drink¨ y sports bar se animaba con
una bachata en alto volumen que no podía
molestar a los comercios vecinos pues todos los locales parecían cerrados desde
hacía mucho tiempo. La escalera que conducía al segundo piso estaba pobremente iluminada
con un bombillo fluorescente de bajo consumo. La escena era similar a la de la
planta baja, sólo el sitio de los tatuajes, al final del pasillo se encontraba
operando. Tuvimos que golpear el cristal para que uno de los hombres sentados
alrededor de un cliente se levantara y nos abriera.
-Que´lo que, montro, me saludó chocando su puño con el mío.
Ella se adelantó a
explicarle,
-Pae nosotros fuimos los que
te llamamos por lo del piercing. Trajimos el arete y quiero ver si puedes
hacerlo.
-Rubia, despreocúpate,
llegaste al sitio que e´. Un piercing en la nariz, es un asunto sencillo.
A todo esto yo, que ya me
voy poniendo en actitud de antropólogo urbano, me dedico a mirar alrededor. El
sitio estaba dividido en tres cubículos y en el del medio, un cliente era
atendido. Su brazo derecho se encontraba descansando en una mesa de trabajo mientras
uno de los artistas-dermografos, así les dicen profesor, realizaba una
sorprendente creación llena de sinuosidades barrocas que se iban formando sobre
el fuerte antebrazo de aquel joven que estoicamente soportaba el dolor que
luego se transformaría en orgullo exhibicionista.
Mientras observo, Edward, así
se llama el maestro artista-dermografo ha enviado a Andrés, una especie de
asistente y muchacho de mandados a buscar un catéter No.20, lo que sea que eso
signifique, para proceder con lo del piercing.
-Aquí Blonda, le ahorraré
los detalles, porque no tienen nada que ver con el cómo termina la historia. Lo
cierto es que estuvimos como una hora en el sitio, ella lloró, se sintió mal,
quería vomitar, le salió sangre y cuanto malestar puede producir una
perforación a sangre fría en la nariz. Mientras tanto yo estuve mirando todo el
tiempo. Conversaba con los demás artistas, escuchamos algo de música urbana que
alternaron con un poco de canciones de los Cranberries. Le preguntaba al maestro
cosas sobre los tatuajes y él mismo nos mostró sus antebrazos, un delicado
dibujo del rostro de su hija en el derecho y un demonio japonés en el izquierdo,
por cierto, fue ella quien lo reconoció.
El hecho es que la conversación derivó hacia los precios de los trabajos y a la
dificultad de los mismos.
-Mira por ejemplo, yo quiero
hacerme un tatuaje, no, mentira, tres tatuajes. Dos en la parte interior de los
muslos. Aquí, dijo señalándose cerca del sexo. ¿Duele mucho ahí?
-Podría doler, dijo Edward, ¿Qué
quieres hacerte ahí?
-Una paleta, es decir un
bolón, una paleta de esas que son una bolita con una especie de cinturón en
relieve, ah y una fresita del otro lado. El otro lo quiero aquí en el costado
donde nacen los senos y es una frase,
quiero que diga Hail Sagan!!!
Hacía un tiempo me había hablado de ese plan de tatuarse esa frase, producto de su admiración por el astrónomo Carl Sagan.
Hacía un tiempo me había hablado de ese plan de tatuarse esa frase, producto de su admiración por el astrónomo Carl Sagan.
-Ah, ok, serían letras. Eso ahí
duele un poco. Pero como eres muy blanca hay que ponerte menos tinta.
-No importa
Faltaba todavía la segunda
parte de la operación que consistía en poner el arete a través de la
perforación y fue doloroso, pero eso tampoco importa para el final de la
historia.
-Dime entonces como termina
la historia.
-Profesor, eso fue hace un año.
Hace dos semanas la vi en Nueva York y en una tarde de verano y de la mejor
manera posible, los vi yo mismo de cerquita, me enteré que los tatuajes, los mismos que
ella describió, están allí. Los vi, y
espero volverlos a ver.
-Ojalá
-Ojalá
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